Sacramentalidad de La Iglesia ICAM
- SACRAMENTALIDAD DE LA IGLESIA ICAM
I SOBRE LA FE EN GENERAL.
- La IGLESIA CATOLICA, APOSTOLICA MUNDIAL (ICAM) profesa firme e íntegramente la fe en DIOS padre y CRISTO JESÚS, como está testimoniada en la Sagrada Escritura, en los Credos Apostólico y Niceno-Constantinopolitano, en los siete primeros Concilios Ecuménicos y en la Tradición de la Iglesia indivisa.
- Por lo mismo, afirmamos que: “Reconocemos como fe verdadera y específicamente cristiana, aquello que ha sido creído por todos, en todas partes y en todos los tiempos”.
- Todos los demás postulados doctrinales, creencias y prácticas, que son aceptados por otras IGLESIAS LOCALES o por los fieles de nuestra iglesia, con tal que no sean contrarios a la fe Cristiana, no son vinculantes para nadie y, por lo tanto, las consideramos como creencias y devociones privadas.
II SOBRE LA IGLESIA.
- Reconocemos que la Iglesia Católica, Apostólica, Mundial (ICAM) es la realidad visible y sacramental en la que se hace presente la totalidad de la Iglesia Universal una, santa, Católica y Apostólica fundada por Jesucristo.
- Por Iglesia Católica, Apostólica Mundial (ICAM) entendemos al Pueblo de Dios que se organiza como comunión de comunidades que:
- Profesa la fe Universal de acuerdo con el testimonio de las Sagradas Escrituras las cuales las tomamos como únicas e infalibles y son medio de consulta para el hombre de DIOS y guían al devenir diario. Creemos en su estudio sistemático, pero reconocemos que, siendo inspiradas por DIOS, debe venir acompañada del respeto a la persona del Espíritu Santo quien revela la verdad de las escrituras y del Credo o Símbolos Ecuménicos.
- Que celebra la liturgia a través de la oración y de la vida sacramental, alcanzando su culmen en la celebración de la Ceremonia instituida por CRISTO en la última cena.
- Que da testimonio del Evangelio como fruto de la experiencia de los Dones del Espíritu Santo que dan la vida nueva y la capacidad de amar.
- somos una Iglesia Cristiana porque seguimos a nuestro Señor JESUCRISTO, Evangélica porque predicamos el Evangelio, adventista porque creemos en el Espíritu Santo, Universal por su Catolicidad, Apostólica por seguir siendo cada uno de los miembros Apóstoles de nuestro Señor y los obispos tener la sucesión Apostólica, siguiendo el mismo legado de nuestro Padre celestial, Trinitarios por nuestra creencia de nuestro DIOS Padre, Hijo y Espíritu Santo tres personas distintas y un solo DIOS verdadero, Marianos porque creemos en la Santísima Virgen.
- Que reconoce como signo visible de su unidad al obispo que la preside en forma sinodal, junto al presbiterio, con la participación de todo el pueblo de Dios.
- Que, a través del obispo, se encuentra en comunión con otras iglesias locales.
III. SOBRE LA SACRAMENTALIDAD DE LA IGLESIA EN GENERAL Y LA ADMINISTRACION DE LOS SACRAMENTOS.
- Aceptamos, administramos y aplicamos los Sacramentos del Bautismo, de la Confirmación, de la Ceremonia instaurada por CRISTO(Sagrada Eucaristia), de la Reconciliación, de la Unción de los Enfermos, del Orden Ministerial y del Matrimonio.
- Consideramos, en consonancia con la Tradición de la Iglesia indivisa, que la validez y eficacia de cada uno de los sacramentos es participación y expresión de la Sacramentalidad de toda la Iglesia.
- Creemos que es en la Iglesia Católica Apostólica Mundial (ICAM) en donde esta Sacramentalidad se expresa, la administración de los sacramentos encuentra su verdadero significado y eficacia únicamente cuando se administran o se aplican dentro y para la edificación de la Iglesia Católica Apostólica Mundial (ICAM).
- Creemos que cada Provincia Eclesial tiene la facultad de determinar su propio ritual para la celebración de los sacramentos, de acuerdo con la situación y contexto cultural en que se viva, con tal que:
- Se mantengan íntegros todos los elementos considerados como esenciales para la celebración válida de los mismos, de acuerdo con la tradición Catolica, tanto Catolica Mundial como latina.
- Se evite cuidadosamente introducir elementos ambiguos, para no caer en ninguna forma de sincretismo y mantener íntegra la tradición Catolica.
- Reconocemos como ministros que válidamente pueden administrar y aplicar los sacramentos los siguientes:
- Para el Sacramento del Bautismo: son ministros ordinarios el obispo, el presbítero y el diácono. Es ministro extraordinario, en caso de grave necesidad, cualquier fiel catolico.
- Para el Sacramento de la Confirmación: es ministro competente únicamente el obispo.
- Para el Sacramento de la Reconciliación: son ministros competentes únicamente el obispo y el presbítero.
- Para el Sacramento de la Ceremonia instaurada por CRISTO en la Ultima Cena (Sagrada Eucaristia):son ministros competentes únicamente el obispo y el presbítero.
- Para el Sacramento de Unción de los enfermos son ministros competentes únicamente el obispo y el presbítero.
- Para el Sacramento del Orden Ministerial: es ministro competente exclusivamente el obispo.
- Para el Sacramento del Matrimonio: los ministros son los mismos contrayentes que expresan su consentimiento matrimonial; o sea que consagran sus vidas mutuamente ante Dios y ante la comunidad, para que éste sea expresado válidamente se requiere la presencia de testigos. Son testigos oficiales el obispo, el presbítero y el diácono. En caso extraordinarios, ante la imposibilidad de la presencia de un ministro ordenado por un tiempo prolongado, dos fieles pueden ser testigos para que el consentimiento matrimonial sea expresado válidamente.
IV. SACRAMENTALIDAD SEGÚN LAS SAGRADAS ESCRITURAS (Los 7 Sacramentos en la Biblia).
Los 7 sacramentos son bíblicos. Quienes practican la biblia son los cristianos y estos a su vez siguiendo los mandatos de su señor, crearon organizaciones humanas (congregaciones-Iglesias) para poder organizarse, en estas Iglesias existen Obispos y presbíteros o Sacerdotes que pueden casarse o no, en algunos casos, algunas Iglesias optaron por que su clerecía fuera célibe totalmente, pero en otras el celibato es una opción. Volviendo al tema de los sacramentos, hemos de decir que (LOS SACRAMENTOS) son mandatos sagrados para ejecutar por los cristianos que son los pastores, presbíteros y guías de estas congregaciones y comunidades cristianas, como diáconos, presbíteros, sacerdotes y obispos. Por lo tanto, el bautismo, la confirmación, el sacramento del orden y los restantes practicados por nuestra iglesia (ICAM) son válidamente aprobados por Cristo nuestro señor. La única forma de demostrar que somos cristianos es haciendo viva en nosotros las enseñanzas del maestro y bajo este signo nadie tiene el poder, ni debería osar dar por invalido ningún sacramento válidamente conferido. Si alguna iglesia dijera que el sacramento de tal o cual iglesia es falso está atentando contra el mismo espíritu santo y este es el único pecado no perdonado.
¿Cómo deducir que la Iglesia y el sacramento puede ser aceptable ante Dios?
La iglesia antes mencionada y otras tantas poseen algo llamado “sucesión apostólica” esta es la única forma de saber si esta iglesia actúa de forma correcta ósea si posee tal sucesión. La sucesión apostólica no es más que el legado que nos dejó nuestro señor Jesucristo a través de sus apóstoles y ha llegado hasta nuestros días mediante el sacramento del orden.
BAUTISMO
“Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. “Ez 36,24-27. Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza.” Za 13,1
“Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” Mateo 3,11.
CONFIRMACIÓN
Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén, de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo” (Hch 8,14-17).
SOBRE LA CEREMONIA INSTAURADA POR CRISTO (SAGRADA EUCARISTIA):
- Reconocemos que la Sagrada Eucaristia ins es el centro y culmen del culto de la Iglesia.
- En su celebración la iglesia local se actualiza y se realiza como presencia sacramental de la Iglesia una, santa, Católica y apostólica (Cristiana).
- Creemos firmemente que, por la acción del Espíritu Santo, dentro de la celebración de la Sagrada Eucaristia, presidida por el obispo o un presbítero, ó Sacerdote, a través de la Anámnesis y la Epíklesis el pan y el vino se transforman sacramental, real y efectivamente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
- Confesamos que, aunque Cristo se ofreció, de una vez para siempre, como sacrificio expiatorio para toda la humanidad en el ara de la cruz, sin embargo, la Sagrada Eucaristia, es el verdadero sacrificio, porque en ella el único sacrificio de Cristo no solo se conmemora sino se actualiza y por la acción del Espíritu Santo, el Reino de Dios se hace presente y la nueva creación de amor y comunión, se va manifestando en la historia y en la vida de nuestras comunidades.
Lucas 22:19-20, “ESTE ES MI CUERPO, QUE ES ENTREGADO POR VOSOTROS; HACED ESTO EN RECUERDO MÍO”, y “ESTA COPA ES LA NUEVA ALIANZA EN MI SANGRE, QUE ES DERRAMADA POR VOSOTROS. ” 1Cor 10:16, “La copa de bendición que bendecimos ¿NO ES ACASO COMUNIÓN CON LA SANGRE DE CRISTO? Y el pan que partimos ¿NO ES COMUNIÓN CON EL CUERPO DE CRISTO? 1Cor 11:27-29, “Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. PUES QUIEN COME Y BEBE SIN DISCERNIR EL CUERPO, COME Y BEBE SU PROPIO CASTIGO El que coma Mi carne, y beba Mi sangre, permanece en mí, y Yo en él. Juan 6:53-58, “En verdad, en verdad, os digo, si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis la sangre del mismo, no tenéis vida en vosotros. El que de Mí come la carne y de Mí bebe la sangre, tiene vida eterna y Yo le resucitaré en el último día. Porque la carne mía verdaderamente es comida y la sangre mía verdaderamente es bebida. El que de Mí come la carne y de Mí bebe la sangre, en Mí permanece y Yo en él. De la misma manera que Yo, enviado por el Padre viviente, vivo por el Padre, así el que me come, vivirá también por Mí. Este es el pan bajado del cielo, no como aquél que comieron los padres, los cuales murieron. El que come este pan vivirá eternamente.”
RECONCILIACION O CONFESION DE PECADOS:
Juan 20:21-23, “Díjoles otra vez, La Paz sea con vosotros. Como me envió Mi Padre, así os envío Yo. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quien perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.”Mateo 10:40, “El que os recibe a vosotros a Mi me recibe, y el que me recibe a Mí, recibe Al que me envió.”Mateo 16:19, “Yo te daré a ti las llaves del reino de los cielos, y cuanto tú atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto tú desatares en la tierra será desatado en los cielos.”Mateo 18:18, “Amén En verdad osdigo, cuanto ustedes atareis en la tierra será atado en el cielo, y cuanto ustedes desatareis será desatado en el cielo.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS O EXTREMAUNCION:
“¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometidos pecados, le serán perdonados” (St 5,14-15).
ORDEN MINISTERIAL.
- El sacramento del orden se articula en tres grados: diaconado, presbiterado y episcopado.
- Es indispensable haber sido ordenado en el grado inferior, para poder recibir válidamente el grado superior del sacramento del orden.
- En consonancia con la tradición milenaria de la Iglesia indivisa, reconocemos que los Catolicos varones Casados y célibes, pueden ser válidamente ordenados como Ministros ya sean diáconos, presbíteros y obispos.
Los doce convocaron a todos los fieles, y dijeron: No está bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. Elegid, Pues, cuidadosamente entre vosotros, hermanos, siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo, y de sabiduría, y nosotros les encomendaremos este servicio; nosotros perseveraremos en la oración y en el ministerio de la palabra. (…) Los presentaron a los apóstoles, los cuales después de Orar, les impusieron las manos (Hechos 6, 1-6).
Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Separadme a Bernabé y Saulo para la obra a la que los he llamado Entonces después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos, y los despidieron. (Hechos 13, 2-2)
“El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené” (Tt 1, 5).
“si alguno aspira al cargo de obispo, desea una noble función” (1 Tm 3, 1).
SOBRE EL CONCEPTO INTEGRAL DE SUCESIÓN APOSTÓLICA.
- Es nuestra intención reconocer y asumir plenamente el concepto aceptado por la Tradición Apostólica y vivido por la Iglesia indivisa durante el primer milenio a este respecto.
- Por lo mismo, creemos que es desde la Iglesia Católica, Apostólica Mundial (ICAM) como Pueblo de Dios, que se estructura en forma sinodal y participativa, con diversidad de carismas y ministerios, entre los que se encuentra el ministerio ordenado, compuesto por diáconos, presbíteros y el obispo, que tenemos que llegar a entender los alcances, el ejercicio y la transmisión de la sucesión apostólica.
- El ministerio ordenado nunca se puede comprender como algo que está encima de la comunidad sino como un don que, concedido por el Espíritu Santo, es reconocido por la comunidad y está al servicio y para la edificación de ésta.
- De esto resulta que la capacidad ministerial proveniente de la ordenación diaconal, presbiteral o episcopal, no se puede ejercer como poder o privilegio personal en forma autónoma y hasta cierto punto, arbitraria; sino que su validez sacramental está subordinada a que se ejerza dentro de un contexto eclesial que refleje cuanto se testimonia en el Nuevo Testamento y se realizó en la Iglesia primitiva.
- En el caso de la transmisión de la sucesión apostólica al ordenar a un obispo, es indispensable:Que el candidato haya sido elegido sinodalmente por el Pueblo de Dios y por el presbiterio que constituyen una iglesia legítimamente constituida y reconocida, para presidirla, apoyarla en su vida de fe y ser vínculo de comunión con otras iglesias locales.
- Que el obispo primado, junto a los demás obispos que constituyen el colegio episcopal en donde se encuentra la iglesia local, ratifiquen la elección legítimamente hecha por la iglesia local.
- Que el colegio de obispos que ratificó la elección proceda a la consagración episcopal, de acuerdo al ritual legítimamente aprobado por dicha provincia eclesial.
- Que en el ritual de consagración se mantenga íntegro cuanto se refiere a la imposición de las manos, a la oración consagratoria y a los otros elementos considerados como esenciales por la tradición Catolica.
- Toda consagración episcopal hecha fuera del contexto eclesial integral presentado en los cuatro incisos precedentes, deberá ser discernida y regularizada (reordenación “bajo condición”) para ser reconocida su validez sacramental.
SOBRE EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
- Reconocemos que el sacramento del matrimonio es la alianza pública y solemne que se establece entre un varón y una mujer.
- La alianza matrimonial tiene la finalidad de establecer la comunión de vida exclusiva y permanente entre los cónyuges, con vistas a formar una familia.
- El sacramento del matrimonio se celebra a través del consentimiento mutuo de los cónyuges, manifestado legítimamente y confirmado por la efusión del Espíritu Santo.
Al Principio de la creación Dios los hizo macho y hembra. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De manera que no serán dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios, ha unido, no lo separe el hombre. (Marcos 10).
Maridos, amad a vuestras esposas, como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó Él mismo por ella, a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra, para prepararse una Iglesia gloriosa sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino Santa y perfecta (Efesios 5, 22).
SOBRE EL MATRIMONIO DE LOS OBISPOS Y PRESBITEROS.
Algunas Iglesias no solo imponen el celibato a su clerecía, sino que, afirman que todos los clérigos deben ser célibes. Para muchos fieles encontrar a un Obispo, Presbítero o Sacerdote casado es un escándalo, lo es dado el hecho de que no han leído bien las escrituras o sencillamente prefieren ignorarlo.
Textos bíblicos:Es necesario que el obispo sea irreprochable, casado, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar. […] Que sepa gobernar su propia casa y mantener sus hijos obedientes y bien criados. Pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá guiar la Iglesia de Dios? Pablo de Tarso, 1 Timoteo (3.2-5).Algunas leyes empezaron a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino en el siglo IV: se hizo manifiesto en el Concilio de Elvira; reiterándose en el Concilio de Letrán I en 1123, aunque dicha regulación no fue seguida de manera estricta. En el Concilio de Trento (1545-1563) se estableció de manera definitiva el celibato sacerdotal obligatorio tal como se lo conoce en la actualidad, en respuesta a la Reforma protestante que permitía, e incluso promovía, el matrimonio de los sacerdotes, al tiempo que suprimía las órdenes religiosas y sus votos.
Muchas razones se argumentan para que la Iglesia Latina llegase a optar por presbíteros o sacerdotes no casados. Destaca una relajación en los hábitos sexuales de los sacerdotes que intentaron regularse en los concilios de Maguncia y Augsburgo, así como se asegura que durante el Concilio de Constanza (1414-1418), 700 mujeres públicas asistieron para atender sexualmente a los obispos participantes. Es posible que dicho desorden causara una decisión de este tipo con el fin de presentar en la figura del Presbítero o sacerdote a un pastor irreprochable. Otra razón que suele argumentarse es la de problemas de propiedad con Presbíteros o sacerdotes casados cuyos hijos reclamaban todos los haberes de sus padres al morir estos, lo que incluía la parroquia. En época reciente, la postura oficial del pontificado de Roma sobre el celibato se ha pronunciado en varias ocasiones, como respuesta a algunos movimientos católicos de renovación, y que plantean el celibato como opcional, a veces en desafío directo mediante la petición de secularización o la exhibición pública de curas casados o conviviendo con sus parejas. Sacerdotalis Caelibatus fue la sexta encíclica el papa Pablo VI (24 de junio de 1967). En el mismo sentido se han pronunciado los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I.El celibato sacerdotal obligatorio ha tenido múltiples críticas, así como numerosos defensores. Permítaseme una vez más citar la palabra de Dios cuando dice Carta Primera del Apóstol Pablo a los Corintios versos 1 al 9. ((9, 1: Pero, ¿no soy libre?, ¿no soy apóstol?, ¿no he visto a Jesús Señor nuestro?, ¿no sois vosotros mi tarea al servicio del Señor? 9,2: Si para otros no soy apóstol, para vosotros lo soy. El sello de mi apostolado para el Señor sois vosotros. 9,3: Mi defensa ante los que me juzgan es ésta: 9,4: ¿No tenemos derecho a comer y beber?, 9,5: ¿no tenemos derecho a hacernos acompañar de una esposa cristiana como los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas?, 9,6: ¿o somos Bernabé y yo los únicos que no tenemos derecho a prescindir del trabajo? 9,7: ¿Quién ha servido como soldado a sus propias expensas?, ¿quién planta una viña y no come sus frutos?, ¿quién cuida de un rebaño y no se alimenta de su leche? 9,8: Nuestro argumento no es meramente humano, también la ley lo dice; 9,9: en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla.)) Repetimos el Versículo 5 ((9,5: ¿no tenemos derecho a hacernos acompañar de una esposa cristiana como los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas?) por esto en nuestra Iglesia Católica Apostólica Mundial (ICAM) los diáconos, presbíteros y obispos pueden ser casados.
Bendicíon y Oracion de Nuestra Señora María Auxiliadora.
Bendicion de Maria Auxiliadora.
Bendíceme oh María Auxiliadora, que tu bendición santísima permanezca siempre con nosotros en mi noche y día, en la alegría y en la tristeza, en el trabajo y en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte y durante la eternidad.
¡Oh bendición de María Auxiliadora! Dichoso quien te la pide, recibe y guarda,
Después de obtenerla aquí en la tierra La lleve en su último suspiro Como prenda de vida eterna AMEN.
Nuestro auxilio está en el nombre del Señor
Que hizo cielo y tierra. AMÉN.
Oración a Maria Auxiliadora.
Santísima Virgen María Auxilio de los Cristianos,
refugio de los desamparados y afligidos,
Hija predilecta del Eterno Padre,
Esposa amorosa del Espíritu Santo,
Madre beatísima del Verbo Encarnado,
te agradecemos las innumerables gracias y beneficios
que Dios nos ha otorgado por tu poderosa intercesión,
de la nada hemos sido llamados a la vida,
nacimos en un hogar cristiano
donde aprendimos a pronunciar tu dulce nombre.
Hemos sido sostenidos en la existencia
hasta el día de hoy y conservamos la fe.
Nos hemos sentido amados por Dios
y perdonados una y mil veces.
Hemos experimentado tu protección y amparo
y no dudamos en llamarte Auxiliadora y Madre nuestra.
Todas nuestras palabras, todos nuestros actos
son pocos ante la magnitud de la Gracia Divina;
se tú nuestra representante ante Dios,
nadie mejor que tú para entendernos
y presentar nuestra gratitud al Autor de todo bien,
a quien sea dado todo el honor, el poder y la gloria,
ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.