Oraciones al Espiritu Santo

Oración de Invocación al Espíritu Santo Ven Espíritu Santo ilumina nuestros corazones Con la fuerza infinita de tu luz y sabiduría Y prepáranos para este encuentro con Jesús En el centro de nuestras familias Para que nuestras realidades de Padres, esposos e hijos Sean reflejo de las realidades de la Sagrada Familia de Nazaret. Donde la figura de María cobra en su Si una invitación a nosotros A responder de la misma manera a este encuentro intimo con Dios Padre. Espíritu Divino abre nuestros entendimiento a tu Palabra eterna y llénanos de la Alegría de Jesús. Amén Oración de Cierre Amada Virgen María, te damos gracias por tu si generoso que cambió la historia humana. En tu santísimo vientre cobijaste a nuestro Dios, ofreciéndole a las generaciones futuras la salvación eterna. Te pedimos que tu mano guíe a nuestras familias hacia el encuentro personal con Jesús, en quien esperamos el cumplimiento de las promesas de alcanzar la vida eterna y mientras tanto, santísima Madre, te pedimos que protejas a cada uno de nosotros de todo mal. Y llévanos siempre al Corazón Inmaculado de tu Hijo, Jesús. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Nadie puede decir: ‘Jesús es Señor’, sino por influjo del Espíritu Santo (1 Co 12, 3). La Iglesia nos
invita a invocar al Espíritu Santo como Maestro interior de la oración cristiana.
Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia
preveniente, nos atrae al Camino de la oración. Puesto que él nos enseña a orar recordándonos a
Cristo, ¿cómo no dirigirnos también a él orando? Por eso, la Iglesia nos invita a implorar todos los
días al Espíritu Santo, especialmente al comenzar y al terminar cualquier acción importante.
Si el Espíritu no debe ser adorado, ¿cómo me diviniza él por el bautismo? Y si debe ser adorado,
¿no debe ser objeto de un culto particular? (San Gregorio Nacianceno, or. theol. 5, 28).
La forma tradicional para pedir el Espíritu es invocar al Padre por medio de Cristo nuestro Señor
para que nos dé el Espíritu Consolador (cf Lc 11, 13). Jesús insiste en esta petición en su Nombre en
el momento mismo en que promete el don del Espíritu de Verdad (cf Jn 14, 17; 15, 26; 16, 13). Pero
la oración más sencilla y la más directa es también la más tradicional: “Ven, Espíritu Santo”, y cada
tradición litúrgica la ha desarrollado en antífonas e himnos.
LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO
1. Sabiduría
2. Entendimiento
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios

LOS DOCE FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
1. Amor

2. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Longanimidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fe
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad

 

LETANIAS AL ESPIRITU SANTO.
Señor, Ten piedad de nosotros.
Jesucristo,
Señor,
Dios, Padre celestial,
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa, que eres un solo Dios,
Divina Esencia, Dios verdadero y único,
Espíritu de verdad y de sabiduría,
Espíritu de santidad y de justicia,
Espíritu de entendimiento y de consejo,
Espíritu de caridad y de gozo,
Espíritu de paz y de paciencia,
Espíritu de longanimidad y mansedumbre,
Espíritu de benignidad y de bondad,
Amor substancial del Padre y del Hijo,
Amor y vida de las almas santas,
Fuego siempre ardiendo,
Agua viva que apagas la sed de los corazones,
De todo mal, Líbranos Espíritu Santo.
De toda impureza de alma y cuerpo,
De toda gula y sensualidad,
De todo afecto a los bienes terrenos,
De todo afecto a cosas y a criaturas,
De toda hipocresía y fingimiento,
De toda imperfección y faltas deliberadas,
Del amor propio y juicio propio,

De la propia voluntad,
De la murmuración,
De la doblez a nuestros prójimos,
De nuestras pasiones y apetitos desordenados,
De no estar atentos a tu Santa inspiración,
Del desprecio a las cosas pequeñas,
De la glotonería y malicia,
De todo regalo y comodidad,
De querer buscar o desear algo que no seas tú,
De todo lo que te desagrade,
De todo pecado e imperfección y de todo mal,
Padre amantísimo, Perdónanos.
Divino Verbo, Ten misericordia de nosotros.
Santo y Divino Espíritu, No nos dejes hasta ponernos en la posesión de la Divina Esencia, Cielo
de los cielos.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Envíanos al divino Consolador.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Llénanos de los dones de tu espíritu.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Haz que crezcan en nosotros los frutos del
Espíritu Santo.
Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V/. Envía tu espíritu y todo será creado.
R/. Y se renovará la faz de la tierra.
Oremos
¡Oh Dios!, que has instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos,
según el mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por
Jesucristo, Señor nuestro. R/. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que te hago en este
día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis
acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a tus santas
inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dígnate formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN PERSONAL AL ESPÍRITU SANTO
Padre celestial: hoy vengo a ti,
en unión de tu amadísimo Hijo,
a pedirte por su intercesión,
que derrames sobre mí
la efusión de tu Espíritu Santo,
para que consagre a tu servicio
todo cuanto tengo, todo cuanto soy,
colme mi vida con su transformante presencia,
como lo hizo con Cristo
y con la Santísima Virgen María,
y que toda mi existencia
proclame este anhelo eficaz:
“Que viva y reine el Espíritu Santo
y todo el mundo le sea consagrado”
Amén.

 

TÚ QUE ME ACLARAS TODO
Espíritu Santo, tú que me aclaras todo, que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal.
Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes
de mi vida estás conmigo.
Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de ti, por
mayor que sea la ilusión material.
Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua. Gracias por tu misericordia para
conmigo y los míos.
Gracias Dios mío.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO del Cardenal Verdier
Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar,
cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia
Santificación.
Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para
aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén.


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO de San Agustín
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.

VEN, ESPÍRITU CREADOR
Rezada a diario por San Juan Pablo II
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fíeles y llena de la divina gracia los corazones, que tú
mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne.

CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad, venimos a consagrarnos a ti con todo lo
que somos y tenemos.
Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por gracia del Hijo hemos sido
redimidos, y por tu inefable amor has venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu
misma vida divina.
Desde el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada uno de nosotros, transformándonos en
templos vivos donde tú moras juntamente con el Padre y el Hijo; y el día de la Confirmación fue la
Pentecostés en que descendiste a nuestros corazones con la plenitud de tus dones, para que
viviéramos una vida íntegramente cristiana.
Permanece entre nosotros para presidir nuestras reuniones; santifica nuestras alegrías y endulza
nuestros pesares; ilumina nuestras mentes con los dones de la sabiduría, del entendimiento y de la
ciencia; en horas de confusión y de dudas asístenos con el don del consejo; para no desmayar en la
lucha y el trabajo concédenos tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y familiar esté impregnada
de tu espíritu de piedad; y que a todos nos mueva un temor santo y filial para no ofenderte a ti que
eres la santidad misma.
Asistidos en todo momento por tus dones y gracias, queremos llevar una vida santa en tu presencia.
Por eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno de nosotros por el tiempo y la
eternidad. Te consagramos nuestras almas y nuestros cuerpos, nuestros bienes materiales y
espirituales, para que tú sólo dispongas de nosotros y de lo nuestro según tu beneplácito. Sólo te
pedimos la gracia que después de haberte glorificado en la tierra, pueda toda nuestra familia alabarte
en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y reinas por los siglos de los siglos.
Así sea.

ESPOSO/ESPOSA POR SU FAMILIA
Espíritu Santo, concédeme para mí, para mi esposo(a) y para mis hijos, aquellos dones divinos con
que fortaleciste a los Apóstoles; aquella gracia poderosa que ilumina el entendimiento, mueve
dulcemente la voluntad, y vence gloriosamente la concupiscencia.
Concédenos el don de una clara inteligencia, el conocimiento del bien y buena voluntad de
ejercitarlo.
Toma bajo tu divina protección a mis hijos; presérvalos de toda pasión vergonzosa; protégelos,
líbralos de caer en los lazos de la seducción con que el demonio intenta hacerlos caer en el pecado.
Hazlos humildes, obedientes, honrados y temerosos de Dios; amantes de la verdad y de la religión.
Dales gracia para vencer los vicios y pasiones.
Y a mí concédeme la gracia y el acierto necesario para educarlos y dirigirlos, y hacerme obedecer de
ellos.

VISITA EL HOGAR DE TUS FIELES
Ven, Espíritu Dios Creador, y visita el hogar de tus fieles, haz un templo de gracia su pecho con el
don de tu santa presencia.
Tú, el amor que consuela a los hijos como eterno regalo del Padre, Caridad, Fuente viva de gracia
Llama eterna de amor verdadero.
Ilumine tu luz nuestros ojos, y tu amor se derrame en el alma, tu poder nos sostenga en la lucha y
renueve las fuerzas cansadas.
Ilumine tu luz nuestros ojos y tu amor se derrame en el alma, sé la mano que venza en sus luchas, el
sendero que guíe sus pasos.
Haz que triunfen sus hijos al mal y que reine la paz en sus almas, fortalece la fe del creyente que ha
nacido a la vida divina.
Demos gloria por siempre a Dios Padre y a Jesús triunfador de la muerte y al Espíritu, vida del alma,
alabanza y honor para siempre. Amén.

POR INTERCESION DE MARIA LA VIRGEN

envía al Espíritu Santo
Divino Padre Eterno, en nombre de Jesucristo y por la intercesión de la Siempre Virgen María, envía
a mi corazón al Espíritu Santo.
Espíritu Santo, Dios de infinita caridad, dame tu Santo Amor.
Espíritu Santo, Dios de las virtudes, conviérteme.
Espíritu Santo, Fuente de luces celestes, disipa mi ignorancia.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza, santifica mi alma.Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya.
Espíritu Santo, Amor sustancial del padre y del Hijo, permanece siempre en mi corazón.

INVOCACIONES A MARIA PARA RECIBIR AL ESPIRITU SANTO.


¡Oh Purísima Virgen María!, que en tu inmaculada concepción fuiste hecha por el Espíritu Santo
Tabernáculo escogido de la Divinidad, ¡ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
¡Oh Purísima Virgen María, que en el misterio de la encarnación fuiste hecha por el Espíritu Santo
verdadera Madre de Dios, ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
¡Oh Purísima Virgen María, que estando en oración con los Apóstoles, en el Cenáculo fuiste
inundada por el Espíritu Santo, ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu y será una nueva creación. Y renovarás la faz de la tierra.

ORACIÓN PARA IMPLORAR EL ESPÍRITU SANTO
Divino Padre Eterno, en nombre de Jesucristo, y por la intercesión de la Santísima Siempre Virgen
María, envía a mi corazón el Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo a mi corazón y santifícalo.
Ven, Padre de los pobres, y alíviame.
Ven, autor de todo bien, y constélame. Ven, luz de las mentes e ilumíname.
Ven, dulce huésped de los corazones, y no te apartes de mí.
Ven, verdadero Refrigerio de mi vida, y renuévame.
Gloria al Padre… (tres veces)
Espíritu Santo, eterno Amor.
Ven a nosotros con tus ardores,
Ven, inflama nuestros corazones.
Gloria, adoración, bendición y amor a ti eterno divino Espíritu, que has traído sobre esta tierra al
Salvador de nuestras almas. ¡Gloria y honor a su adorabilísimo corazón, que nos ama con amor
infinito!
Ven Espíritu Santo,
Ven Potencia Divina de Amor,
Ven y llena mi pobre corazón:
Purifícalo, santifícalo, hazlo todo tuyo.

Ven Espíritu de Amor y de Paz
Compuesta por San Juan Pablo II en 1998, en preparación al gran jubileo
(Espíritu Santo, dulce huésped del alma, muéstranos el sentido profundo del gran jubileo y prepara
nuestro espíritu para celebrarlo con fe, en la esperanza que no defrauda, en la caridad que no espera
recompensa).
Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios, memoria y profecía de la Iglesia, dirige
la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la
culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu creador, misterioso artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos dones para
cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio y llevar a las generaciones venideras la luz de la
Palabra que salva.
Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo, ven y renueva la faz de la tierra.
Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu de comunión, alma y sostén de la Iglesia, haz que la riqueza de los carismas y ministerios
contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los consagrados y los ministros
ordenados colaboren juntos en la edificación del único reino de Dios.
Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz, suscita solidaridad para con los
necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que sufren,acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
Espíritu de sabiduría, que iluminas la mente y el corazón, orienta el camino de la ciencia y de la
técnica al servicio de la vida, de la justicia y de la paz.
Haz fecundo el diálogo con los miembros de otras religiones, y que las diversas culturas se abran a
los valores del Evangelio.
Espíritu de vida, por el cual el Verbo se hizo carne en el seno de la Virgen, mujer del silencio y de la
escucha, haznos dóciles a las muestras de tu amor y siempre dispuestos a acoger los signos de los
tiempos que tú pones en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de amor y de paz!
A ti, Espíritu de amor, junto con el Padre omnipotente y el Hijo unigénito, alabanza, honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

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I. C. A . M .
Iglesia Catolica Apostolica Mundial.

Al Servicio de los Hijos de Dios. 

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